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Mostrando entradas de julio, 2012

España, en almoneda

No pararán hasta vaciar el Estado de todo aquello que les sea aprovechable. De nada sirven las políticas tradicionales para evitarlo porque ese es el medio en el que se mueven los especuladores. Viven en ese magma como pez en el agua. Hasta que el Estado no se quede en el cascarón, como el caparazón de un molusco muerto, no se detendrán. Los vampiros de la especulación internacional, los fondos de inversión ( hedge funds ) que manejan cantidades ingentes de dinero, varias veces superiores a los Presupuestos Generales del Estado español, saben que España esconde mucha sustancia que sorber, es decir, mucho sector público que captar para la especulación privada: la sanidad, las pensiones, la educación, los transportes, el agua, las costas urbanizables, el juego, los astilleros, las fábricas de armas... La intervención de España, como antes le sucedió a Grecia, Irlanda y Portugal, supondrá la venta a un precio irrisorio de todos estos sectores públicos para obtener liquidez. España se

Una profesión indigna

Golpean a quienes los defienden, protegen a quienes los golpean. No hay profesiones indignas, hay indignos en las profesiones. Camorristas camuflados, psicópatas acomplejados. Perros de presa al servicio de filonazis. No hay profesiones indignas, hay seres indecentes y  cobardes. Tipos frustrados en la vida que esconden su patología tras el uniforme y el casco. Agreden a quienes luchan por sus derechos ciudadanos. Defienden los privilegios de la casta podrida que los humilla como a los demás, con la sensibilidad social de un piojo. Son ellos los que convierten la profesión de policía antidisturbios en la más indecente sobre la faz de la Tierra y denigran el trabajo de los compañeros que luchan, de forma sorda la mayoría de las veces, por los derechos de los ciudadanos. Recomiendo la lectura de este artículo de Asueldodemoscu.net, , donde el autor hace un análisis acertado y ecuánime del papel que deben tener los antidisturbios en momentos como el que vivim

La estampa de un valiente

Quizá le han recortado la pensión. Probablemente tendrá que pagar más por sus medicamentos de enferma crónica. Lo mismo es una viuda que está a punto de ser desahuciada del piso en el que vive desde hace más de cincuenta años. O quizá no, simplemente tenga unas preferentes mal colocadas en Bankia que ahora no puede retirar. ¿Le habrán cerrado el polideportivo donde hacía rehabilitación o habrá tenido que prescindir del profesional que iba a su casa un par de horas diarias para asistirla de esas hernias que le impiden dormir? Está claro que aprovechó la manifestación para ir a la compra. El silbato que lleva al cuello es un arma peligrosa que tomó al salir de casa, no se lleva por casualidad: había ánimo de alborotar. Quizá llamó cabrones a esos tipos de azul que aporrean a la gente sin piedad, o tal vez le silbó al oído al gañán de casco. ¿Sería una patada de Kung -Fu en plena visera? El antidisturbios (sin placa que lo identifique) la sujeta impertérrito. Probablemente piensa

Diario de Jürgen Toepfer: resistencia

A veces, por la fortaleza del enemigo, es imposible ganarle de forma rápida y fulminante. Entonces conviene hostigarlo sin parar, aquí y allá, unas veces con contundencia y otras con resistencia pasiva, aunque siempre tratando de eludir la mordedura de sus perros de presa. Jürgen Toepfer Mercenario en la R.D. del Congo La foto es de la página Havanaluanda

Diario de Jürgen Toepfer: estrategias

No siempre hace falta una muchedumbre indignada para torcer el brazo de los poderosos. En ocasiones basta con un pequeño grupo de combatientes decididos, adiestrados y pertinaces que sabe que cuenta con el apoyo de los demás.  Jürgen Toepfer Mercenario en la R.D. del Congo