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Mostrando entradas de enero, 2010

Garcetas en el río Manzanares

Que el río Manzanares a su paso por el casco urbano de Madrid está cuajado de aves marinas, como la gaviota , no es novedad. Hace años que vinieron a instalarse en el "aprendiz de río", como lo denominó Quevedo , y es usual ver a estas aves sobrevolando la ciudad en bandadas, alineadas descansando en las barandillas de los puentes del río o rebuscado entre el cieno para llevarse algo al pico. Pero lo que no había visto nunca en pleno centro de Madrid es una garceta (o garza o garcilla, que soy profano en la cosa ornitológica). Probablemente los ornitólogos de la capital las tengan registradas también dede hace tiempo, pero jamás había visto ninguna y la que vi hoy, en el tramo del río junto al estadio Vicente Calderón , estaba sola entre cientos de gaviotas. Salí esta mañana para tomar unas fotos del puente de Toledo para ilustrar un post que quiero escribir aquí sobre el destrozo (el ayuntamiento lo llama rehabilitación o reforma) en la glorieta de Marqués de Vadillo ,

Numancia vence a los escipiones del ladrillo

Hace apenas unos días escribía aquí , en la entrada precedente, que los ciudadanos se ven obligados a organizarse para salvar su pasado, ese que quieren robarles munícipes desaprensivos que valoran más la línea recta perfecta de una calle en el mapa que los edificios históricos que deben derruir para conseguir esa perfección propia de mentes obsesivo-compulsivas. Hoy hemos sabido de una victoria de esos esforzados y humildes ciudadanos que, en lucha desigual, han derrotado (provisionalmente) a los especuladores destructores de la historia, el patrimonio y el medio ambiente. Se trata de Numancia . Y ha sido con el apoyo de la Justicia, que a veces es justa. Una sentencia judicial ha paralizado el proyecto del ayuntamiento de Soria , apoyado por la Junta de Castilla y León (ambos del PP), de construir un polígono industrial en la zona de influencia del yacimiento arqueológico de Numancia, lo cual supondría un deterioro considerable del parque arqueológico (ver anterior entrada al respec

Los ciudadanos, solos en defensa de su patrimonio

A lo largo de la historia la gente, en lucha desigual, ha tenido que enfrentarse al poder establecido para ir arrancándole poco a poco algunos derechos y mejores condiciones de vida. Los gobernantes —usualmente la nobleza y la iglesia—, ejerciendo un dominio tiránico, explotaban al pueblo y vivían a su costa, ofreciéndole muy poco a cambio, a veces ni siquiera la supervivencia. Eso sucedió prácticamente hasta la Revolución Francesa que desembocó después en los denominados regímenes democráticos. En estos, el pueblo elige a los gobernantes para que lleven a cabo lo que los ciudadanos demandan, para que protejan sus derechos y los defiendan de las tropelías que puedan cometer otros poderes no menos fuertes —como empresas, bancos, grupos de presión, etc—, de otros políticos e incluso de ellos mismos. Algo no funciona bien últimamente en este sistema democrático nuestro cuando los ciudadanos han tenido que volver a organizarse para defenderse del poder, el mismo que se supone que